Históricamente, todos los sistemas económicos han pasado por crisis, hasta que las transformaciones son tan profundas en todos los niveles sociales, que terminan por dar paso a otro sistema de relaciones con bases en criterios distintos.
Para sobrevivir a los cambios profundos, hay que saber entender qué ocurre, analizando las causas y proyectar los futuros escenarios financieros desde los aprendizajes obtenidos.
Glosario del contenido del artículo:
- Crisis en la Bolsa – 19 de febrero de 2020
- En Europa y América latina la crisis también hizo estragos
- Acciones y prevenciones inmediatas en el mercado financiero
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Ese es el caso que nos ocupa en esta reflexión, la cual haremos por lo que ha acontecido después del 19 de febrero, fecha en la que el índice S&P 500, registró un punto de inflexión en el mercado, generando que muchos inversores de forma directa o no, se preguntan qué hacer con base en la experiencia.
Aunque el sistema económico ha reportado crisis durante su evolución, tal vez la más recordada y desde la cual se explican muchos procesos económicos, fue la de la caída del mercado de valores en 1929, que afectó a todo el ámbito económico mundial, a ritmos temporales distintos.
Nos obstante, si hacemos una breve comparativa, en el siglo pasado se recuerdan 2 grandes crisis; además de la del 29, la ocurrida en 1973 tras el acuerdo Bretton Woods y otras causas.
Pero en lo que va del presente siglo, se han venido sucediendo una tras otra que ponen en tela de juicio todas las gestiones financieras y, al mismo tiempo, toda la inventiva humana por salir a delante.
Las soluciones a las crisis tienen que darse en forma dinámica y en tiempo real, porque si antes los desajustes económicos afectaban a ritmos temporales distintos a las economías del planeta; hoy, la afectación es cuestión de segundos, dada la interconexión digital que existe entre mercados de valores.
Crisis en la Bolsa – 19 de febrero de 2020
El 19 de febrero, la Bolsa de Valores de Wall Street volvió a entrar en crisis, después de haber alcanzado máximos históricos y excelentes rendimientos en índice bursátil; no obstante, la fuerte caída de los principales marcadores como el Dow Jones y el Nasdaq, indicaban un mercado a la baja en forma abrupta.
El total de pérdidas ascendía a 34%, pero en menos de un mes, el índice S&P 500 volvió a la tendencia alcista, alcanzando máximos importantes en corto tiempo. Un lapso de recuperación veloz, pero generó una estampida extraordinaria.
Si lo analizamos comparativamente con la crisis del 15 de septiembre de 2018; ésta perdió en 126 días 43%; mientras que la del 19 de febrero, en 23 días, perdió menos y se recuperó. Pero, ¿qué pasó esta vez? ¿Cuál es la característica de esta crisis?
Para los entendidos de la materia, la crisis anterior era de tipo crediticia; mientras que esta nueva crisis no es por la carencia de valor de los activos financieros; sino por la ausencia de oferta y demanda de los mismos.
No hay producción ni demanda. Es una crisis totalmente distinta a las que le precedieron.
Con esta crisis, todos los sectores económicos, en especial el aerocomercial y el energético, registraron pérdidas superiores al 50%. Mientras que los sectores más resistentes, aún con pérdidas significativas, fueron el de salud y consumo.
En Europa y América latina la crisis también hizo estragos
En esta parte del mundo, foco de los mayores estragos por la pandemia del coronavirus, los índices también se vinieron en baja a una velocidad impresionante.
El Stoxx50, que agrupa a medio centenar de empresas importantes en Europa, cayó con más de 30%.
Pero las Bolsas con mayores pérdidas fueron las de Italia y Alemania, con un promedio superior a 30%. Mientras que, Ibex35, Bolsa de España, registró 37% de pérdida y la de Londres 32%.
Fue una crisis masiva que incluyó a los bonos emergentes, devaluación de monedas y los riesgos de recesión se elevaron por incumplimiento.
En otro espacio geográfico, y en el contexto de la crisis, el dólar asfixiaba a las economías de México, Argentina, Brasil, Colombia, Chile y otros países latinoamericanos.
La volatilidad del mercado, no contribuía a negociaciones que conduzcan a reestructurar deudas ni renegociar.
Obviamente, las condiciones que generaron la crisis no han pasado, y se teme nuevos repuntes del coronavirus, al mismo tiempo que sus efectos paralizantes en los mercados de valores.
Frente a esto, ¿qué se ha aprendido?, además de haber certificado que los cambios y volatilidad son veloces y requieren de acciones con el mismo vector; cuáles son los aspectos a tener en cuenta en los análisis del mercado.
El análisis del contexto mundial de la crisis señalado, permite enumerar algunas acciones a implementar para adaptarse a los cambios bruscos que estamos viviendo.
Acciones y prevenciones inmediatas en el mercado financiero
La experiencia vivida nos impulsa a anotar 5 acciones y prevenciones a tener en cuenta en los próximos meses, ya que ni la pandemia ha cesado, tampoco los riegos en el mercado.
- Los inversores tienen que confiar en sus capacidades para responder en tiempo real a las pérdidas y volatilidad máxima, pues mantenerse en una posición constreñida crea barreras limitativas en la toma de decisiones.
- Mantenerse invertido cuando el mercado es extremo, parece que es una buena señal, pese a que, con esta posición, en muchas ocasiones no ha sido la mejor de todas.
- Los análisis de riesgos, hasta ahora conocidos, nunca han sido fiables 100%; eso para nadie es una sorpresa; sin embargo, la crisis se volvió tan violenta que develó descarnadamente lo que ya se sabía entre inversores; al punto de no saber qué hacer.
- Tener en cuenta los bonos del ente público nacional, resultan beneficiosos en momentos de extrema crisis, e incluso aportan diversificación a la cartera de inversión, independientemente de los puntos bajos o negativos de los intereses.
- Los valores de las empresas de tecnología más reconocidos, se convierten en momentos de crisis, los más defensivos y resistentes, pues alcanzan niveles de sobrecompra inimaginables.
Finalmente, el panorama todavía no es optimista, pero edificante y nos esperan nuevos retos cuando la pandemia del coronavirus vuelva a causar estragos, por el reinicio de actividades paralizadas.
En este escenario, habrá muchas empresas con un futuro incierto.
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